martes, 29 de marzo de 2011

Camino del cierre del Convenio y Acuerdo General


Un año después de iniciada la movilización en Correos, tras diez mesas de negociación en dos años-cinco de ellas en los últimos cinco meses- en las que las organizaciones sindicales que lo hemos considerado oportuno hemos defendido y presentado nuestras correspondientes propuestas -las compartidas desde la Mayoría Sindical y las propias- CCOO ya se pronunciaba públicamente, ante la convocatoria de la anterior mesa el 24 de febrero, sobre la necesidad de establecer un horizonte de cierre a un proceso de negociación que se había venido acelerando en los últimos meses y en los que las posiciones iniciales e inasumibles de la empresa habían ido encajando, progresivamente, buena parte de las propuestas defendidas por CCOO. Expresábamos entonces la necesidad de que la Dirección de Correos mostrara a los trabajadores su voluntad de acuerdo y, por extensión, su compromiso de convertir la citada convocatoria en un nuevo paso para acabar con un conflicto laboral que dura ya un año en Correos, voluntad y compromiso que debían refejarse, como así sucedió, en un nuevo acercamiento a las posiciones sindicales, asumiendo propuestas desestimadas hasta la fecha. Un mes después de la anterior mesa, y consideramos que suficientemente madurados los contenidos tratados en las diferentes rondas de negociación mantenidas con las organizaciones sindicales, la Dirección ha procedido a convocar una nueva -y esperemos (pese al escaso interés de algunas organizaciones) que última- mesa negociadora del Convenio y Mesa Sectorial para el próximo 30 de marzo. Mesas en las que deben aflorar de modo definitivo y negro sobre blanco los compromisos en empleo, salario, derechos laborales y formación comprometidos con los trabajadores, avanzados en las últimas rondas de negociación y pendientes de su concreción final. Porque a estas alturas del partido, y a la espera de las propuestas (que deberían ser definitivas) de la empresa, CCOO entiende que el tiempo no da más de sí en una negociación en la que cada cual debe asumir definitivamente sus responsabilidades: la empresa la de dar los pasos necesarios para cerrar un Acuerdo de contenidos más que razonables, conciliando los intereses y la necesidad de gestión y estabilidad de una empresa con 60.000 trabajadores con los derechos y las legítimas reivindicaciones de la plantilla, las organizaciones sindicales la de asumir las posiciones defendidas a lo largo del proceso de negociación; y los responsables "políticos" de lo postal, la de dar por concluido uno de los pocos conflictos que mantienen abierto desde hace más de un año. En suma, la responsabilidad de manifestar, el próximo 30 de marzo, si se tiene voluntad real de acuerdo o si, al contrario, se apuesta por recrudecer una movilización que ha expresado a lo largo de estos meses la disconformidad de la plantilla con una situación de bloqueo de los derechos y las condiciones laborales que ni nosotros entendemos ni los demás pueden justificar.

lunes, 28 de marzo de 2011

CONVOCATORIA DE EMPLEO CORREOS



Llegando a su meta el proceso negociador del III Convenio Colectivo y Acuerdo Funcionarial, CCOO ha planteado una serie de reivindicaciones que versan sobre diferentes materias y que, desde la movilización y la negociación, estamos trabajando para que culminen en un acuerdo plurianual donde se recojan, entre otras cuestiones, avances salariales, de derechos, de salud laboral, de promoción y empleo. CCOO está demandando un acuerdo de empleo que pase por la conversión de empleo temporal en fijo; queremos recordarte que, en la actualidad, Correos cuenta con una tasa de temporalidad de más del 20%, lo que quiere decir que es totalmente viable exigir que aflore el empleo estructural, y que se convoque un proceso de ingreso (que reduzca la eventualidad) en todo el Estado. CCOO ha calculado que en el año 2011 se cubrirán mediante ingreso a laboral fijo unos 3.000 puestos en una inminente convocatoria. Queremos haceros llegar, que estamos organizando toda la infraestructura para comenzar un proceso de preparación permanente, presencial y/o a distancia, para que, en cualquier momento en que se produzca el proceso de consolidación, estés en las mejores condiciones posibles para pasar el examen. Recordar, que CCOO es la Organización Sindical con mayor número de aprobados en anteriores procesos de consolidación; en el último más del 60% de los aprobados se habían preparado con CCOO. Para cualquier consulta ponte en contacto con la sección sindical. ¡Ah!, y si tienes familiares, amigos o conocidos que puedan estar interesados en ingresar fijos en Correos, trasládales la información y anímales a que contacten con nosotros para que podamos asesorarles y proporcionarles la información precisa.



MODALIDADES DE PREPARACIÓN:


Clases Presenciales en 5 localidades de la Provincia. • On line. • A distancia. Las reuniones informativas sobre el proceso de Consolidación serán los siguientes días, en las siguientes localidades.




  1. ALICANTE CCOO. AVDA. SALAMANCA, 33- Sala 1 Fecha y Horario: 5 de abril de 2011 a las 18:00 horas


  2. ELCHE CC.OO. C/ ILLUECA,2 Polígono Industrial Carrús Fecha y Horario: 6 de abril de 2011 a las 18:00 horas


  3. ELDA CC.OO. Avda. Reina Victoria, 25 Fecha y Horario: 7 de abril de 2011 a las 18:00 horas


  4. BENIDORM CCOO. Avda. Beniardá, 59 Fecha y Horario: 11 de abril de 2011 a las 18:00 horas


  5. ORIHUELA, Ateneo Viento del Pueblo. C/ del Río, 8. Fecha y Horario: 12 de abril de 2011 a las 18:00 horas

domingo, 6 de marzo de 2011

En Islandia no tenemos corresponsales


Isaac Rosa – Comité de Apoyo de ATTAC

Las revoluciones son siempre muy fotogénicas, y ahora incluso se retransmiten en directo. Ahí tenemos el caso de Egipto, cuya lucha contra Mubarak hemos visto en tiempo real, con decenas de corresponsales sobre el terreno; y lo mismo pasaría en Libia si Gadafi permitiera la entrada de periodistas.

Pero las revoluciones quedan bien en la tele si son violentas. Si no hay manifestaciones tumultuosas, barricadas ardiendo, pedradas y gente con la cabeza abierta, no hay mucho que ver. Debe de ser por eso que no tenemos corresponsales en Islandia, y hasta ahora ningún telediario ha conectado en directo con las calles de Reikiavik, ni en los periódicos hay infografías diarias sobre este pequeño país del norte de Europa.

Decir “revolución pacífica” suena a oxímoron, y muchos dirán que no es posible, que es otra cosa. Pero los islandeses están protagonizando lo más parecido a una revolución que hemos visto en esta parte del mundo en mucho tiempo, y por aquí apenas nos hemos enterado. Seguramente porque las mediáticas revueltas árabes no tienen riesgo de contagio en Europa, mientras que la movilización islandesa puede darnos ideas peligrosas.

Después de que la economía de Islandia, la niña bonita del neoliberalismo, se hundiese en 2008, con bancos quebrados y una deuda inasumible, los poco más de 300.000 habitantes de esta isla nórdica salieron a la calle y la liaron. Y no han parado hasta hoy.

Entre otras cosas han conseguido que el gobierno dimita, nacionalizar la banca, perseguir penalmente a los banqueros responsables, rechazar en referéndum el pago de la deuda bancaria, y ahora participan en la elaboración de una nueva constitución más democrática y social. Por si fuera poco, han aprobado una iniciativa para convertir el país en un refugio internacional para la libertad de prensa, donde el próximo Julian Assange pueda trabajar sin que lo encarcelen ni le cierren la web.

Sí, es verdad que España e Islandia no tienen mucho en común. Es un país pequeño, aislado, con peculiaridades económicas. Pero después de tanto decirnos que no somos Grecia ni Irlanda, a uno le entran ganas de ser Islandia un ratito.

Artículo publicado en Público.

sábado, 5 de marzo de 2011

GUERRA CONTRA LOS EMPLEADOS PÚBLICOS


Bernard Cassen
Le Monde Diplomatique

-The Economist, felicita al gobierno Español por bajar el sueldo a los funcionarios públicos-

En The Economist es donde se exponen con mayor radicalismo -y también con talento- las tesis ultraliberales. Es conocida la gran influencia que este semanario británico ejerce sobre los responsables políticos, y ello mucho más allá del mundo anglosajón. Lo que preconiza The Economist se transmite a menudo en las hojas de ruta de los gobiernos, en primer lugar en Europa. Por eso es preciso tomar muy en serio la portada de la edición del 8 de enero pasado y el contenido del informe especial: "La próxima batalla. Hacia una confrontación con los sindicatos del sector público".

La tesis de The Economist es de una sencillez evangélica y puede resumirse en tres puntos: a) todos los Estados europeos enfrentan déficit públicos abismales; b) para reducir el gasto público, hay que reducir los efectivos, los salarios y los sistemas de pensiones de los funcionarios; c) los gobiernos lograrán ganarse con mayor facilidad a la opinión pública incentivando la denuncia de los "privilegios" (en especial la estabilidad laboral) de los "acomodados" del sector público, quienes supuestamente viven a costa del conjunto de los contribuyentes.

En ningún momento el informe recuerda que los déficit públicos son en gran parte consecuencia de las ayudas colosales otorgadas a los bancos y otros responsables de la crisis actual. Tampoco que estos déficit aumentaron debido a los regalos fiscales hechos a los ricos. Ni siquiera se deja en claro que, a cambio de su salario, los funcionarios prestan servicios indispensables para el buen funcionamiento de la sociedad. En particular los docentes, atacados muy especialmente en este informe. El periodista que escribió uno de los artículos debe de estar muy desinformado sobre las condiciones reales de trabajo de los profesores para tener el coraje de escribir que "sesenta y cinco años debería ser la edad mínima para que esta gente que se pasa la vida en un aula se jubile".

The Economist se congratula de que varios gobiernos europeos -dos de ellos dirigidos por "socialistas", los de Grecia y España- ya han rebajado los salarios de sus funcionarios y que, en toda la Unión Europea haya "reformas" -sería más justo hablar de contrareformas de los sistemas de pensiones ya realizadas o en vías de realización.

Por ideología, los liberales son hostiles a los funcionarios y demás asalariados del sector público. En primer lugar porque privan al sector privado de nuevos espacios de lucro; en segundo lugar porque, protegidos por su estatuto, pueden ser socialmente más combativos que sus compañeros del sector privado, hasta el punto de que, a veces, hacen huelgas "por delegación" y representan a trabajadores del sector privado que no pueden hacerlas. Esta solidaridad es la que los gobiernos quieren destruir a toda costa para reducir la capacidad de resistencia de las poblaciones contra los plantes de ajuste y de austeridad implementados en toda Europa. Los déficit públicos constituyen así un pretexto inesperado para modificar las relaciones sociales conflictivas en detrimento del mundo del trabajo.

Defender los servicios públicos es defender el único patrimonio del que disponen las categorías más pobres de la población. La apuesta por la cacería de funcionarios y de sus sindicatos que propone The Economist no es (o apenas) financiera. Es política o ideológica.

Fuente: http://www.monde-diplomatique.es/?url=articulo/0000856412872168186811102294251000/?articulo=481c05e3-5c74-418d-ada4-75817f3ca13d

viernes, 4 de marzo de 2011

Fruto de la movilización: La Dirección pagará los tramos con retroactividad a octubre 2006





La empresa sabe que, si quiere cerrar el conflicto de Correos, además de otras cuestiones, tiene que pagar los tramos, SÍ (por la vía judicial), o SÍ (por la vía negocial).


Decía Kurt Cobain, el de Nirvana, que "Ser paranoico no quiere decir que no te persigan". Por pasiva, que no te persigan nunca y te inventes tus fantasmas es, no sabemos si paranoia, pero sí, cuando menos, para hacérselo mirar. Viene a cuento esto, no de nuestro interés por la psico-sociología -estamos demasiado ocupados en el cierre del Convenio y Acuerdo por los que los trabajadores se han movilizado a lo largo de 2010-, sino de la última diatriba que, con las habituales 100 líneas a letra cuerpo siete, nos ha dedicado, con el tono injurioso de siempre, la cúpula de UGT acerca de los tramos.

Nos enorgullece que UGT nos haya convertido en el leit motiv de su quehacer habitual (también es verdad que a falta de propuestas, criticar a CCOO, nunca viene mal); incluso no nos parece mal, allá cada cual, que se haya preferido el buen rollito con el Ministerio para sacarle adelante su "estupenda" Ley Postal; o que, para aislar a CCOO, se haya contactado, por separado y sin que todos lo supieran, con todo el arco sindical -desde CSI·F y SL, a CIG y ELA, pasando por LAB- mientras, a diestro y siniestro, se vienen dando "lecciones" de ética y de unidad; más aún, comprendemos que, tragándose sapos y culebras, como no puede ser de otra forma en su papel institucional, la cúpula de UGT haya contactado con Grupos parlamentarios de todo tipo y color, incluido (¡Atención!) el vilipendiado, malvado y nunca suficientemente repugnado Partido Popular, el de la Ley del 98.

Pero no ocultamos que, vista la versatilidad de los contactos, nos apena su enorme incapacidad para superar su posición sectaria y de insana competencia sindical hacia el sindicato mayoritario de Correos, CCOO, por decisión del colectivo postal, con el que ni siquiera es capaz de conversar.

Del origen de un conflicto: el flagrante incumplimiento de la empresa

Es de agradecer la secuencia histórica con la que, pelín autocomplaciente, nos ilustra la cúpula de UGT PARA CONCLUIR QUE, desde que CCOO reivindicó y consiguió en 1995 el derecho a una retribución diferenciada del resto de la Administración del Estado, los llamados "tramos", para el personal funcionario de Correos y, tomando como referencia ésta, lo hace extensivo a todo el personal laboral en los sucesivos Convenios Colectivos de 1999, Acuerdo Plurianual de 2000 y eI Convenio Colectivo de 2002, TODO SE DEBE A QUE ELLOS ESTABAN ALLÍ, ¡Y, MENOS MAL!.

Se nos permita, empero, un pequeño detalle: no ofende la maniobra de distracción, pero el CONFLICTO DE LOS TRAMOS NO NACE NI TAN LEJOS, NI ASÍ, ni tampoco en la vinculación al absentismo existente desde 1995 (firmada en los sucesivos Reglamentos, normas y Convenios, también por UGT) y que no se aplicó porque los sindicatos lo evitamos vinculándolo a un Acuerdo que, obviamente, nunca se dio. SURGE CUANDO LA EMPRESA UNILATERALMENTE, "SALTÁNDOSE" EL CONVENIO COLECTIVO, DECIDE NO PAGAR el Complemento de Permanencia y Desempeño (Tramos) al personal que formalizó su contrato a partir del proceso de consolidación de 10.000 empleos pactado por CCOO que tuvo lugar en el año 2004 al interpretar -restrictiva e interesadamente- que había que condicionarlo a un índice de absentismo y que para calcular la cuantía sólo se ha de tener en cuenta la antigüedad correspondiente al último contrato firmado.

Todos los sindicatos, sin excepción y no sólo UGT, iniciamos reclamaciones individuales por la vía judicial. Aunque la mayoría de los sindicatos se quedó ahí, sin embargo para CCOO no era la solución, por parcial (aunque se ganaban la mayoría de sentencias, el 20% de los más de 20.000 afectados las perdía sin posibilidad de volver a recurrir), provisional (los que ganaban tenían que volver a recurrir año a año, para gozo de algunos gabinetes jurídicos que cobran un porcentaje) y no resolutiva (la empresa no cambiaba ni de opinión ni posición). La solución debía ser universal -para todos los colectivos-, definitiva -obligando al pago- y segura -por aplicación de sentencia del Tribunal Supremo o por acuerdo en Convenio-; y debía abrirse paso incrementando la presión sobre Correos: primero fue la presentación del Conflicto Colectivo (mayo 2007) y, posteriormente, en 2010, la inclusión del pago de los tramos en la plataforma sindical unitaria de movilización. Cuatro años de "pelea", jurídica y de movilización, en busca de una solución.

Como consecuencia del primero, -el Conflicto Colectivo que CCOO intentó resolver en varias ocasiones vía negociación, a lo que Correos se negó-, el Tribunal Supremo, en sentencia de abril 2010, tras casi cuatro años de impago sistemático, obligó a Correos a pagar los tramos a todo el personal laboral siguiendo el criterio, recogido en el Convenio, de antigüedad total (y no desde el último contrato como pretendía) y, aunque impuso la aplicación del absentismo, ordenó a Correos a negociar los criterios con los firmantes del Convenio de 2006. Como consecuencia de la segunda, la movilización, la Dirección es consciente que el cierre de cualquier Acuerdo en Correos tiene "el pago de los tramos" como condición sine qua non.

CCOO arranca el compromiso del pago de tramos con retroactividad a 2006

Dice UGT en su diatriba que la Dirección tiene voluntad de materializar los tramos. ¿Ataque de generosidad, sensatez, cordura y fraternidad por parte de Correos?. Demasiado tierno, ¿no?. Quizás es, simplemente, respuesta al clásico binomio presión-negociación (aunque no de UGT, obvio). La empresa sabe que, si quiere cerrar el conflicto de Correos, además de otras cuestiones, tiene que pagar los tramos, SÍ (por la vía judicial), o SÍ (por la vía negocial). Y así lo ha comprometido en las negociaciones con las organizaciones sindicales, particularmente con CCOO. Y algo habrá tenido que ver el que, como consecuencia de un nuevo Conflicto Colectivo que CCOO mantiene vivo en la Audiencia Nacional -por aquello del "por si acaso" se tuercen los renglones-, Correos tenga que provisionar en sus cuentas la cantidad (43 millones de €) que adeuda al personal laboral.

Y de las Elecciones Sindicales…

Sorprende que la cúpula de UGT acuse a CCOO de que, en la defensa de los tramos, esconde un interés electoral (bendito altruismo de quienes, atacando al sindicato mayoritario de forma permanente, omiten a aquellos otros que han compartido, bien en el conflicto colectivo, bien en la movilización, estrategia sindical -¿quizás para desgaste electoral?-).


Aunque, pensándolo bien, es normal. Si en dos años desde que se denunció el Convenio Colectivo, con el bloqueo de asuntos tan importantes como el de los tramos, no ha hecho propuestas, ni se ha movilizado, ni ha puesto conflictos colectivos, como lo hacían los demás, entre ellos CCOO, y se ha limitado a criticar por criticar, es normal que la UGT esté preocupada por el proceso electoral. No es para menos. Y es que, quizás, a los trabajadores, cuando no les pagan lo que les deben, con la que está cayendo, no le basta el discurso rancio, malrollista y culpabilizador -y, la verdad, un tanto moralista- adornado con el soniquete de la "responsabilidaZ, seriedaZ, serenidaZ, racionalidaZ, bondaZ, unidaZ, corresponsabilidaZ…". Quizás por eso lo reciben con creciente ¡¡¡perplejidaZ!!!. En todo caso, ya lo hemos dicho en otras ocasiones: la empresa pagará los tramos y la cúpula de UGT, como siempre, se sumará…Eso sí, al final y ¡MENOS MAL!.